La Kaki es como le decimos a mi (nuestra) abuelita por parte de mamá. Desque que tengo uso de razón le decimos así, y como buenos descendientes de arequipeños le agregamos “la” cuando hacemos referencia a ella. Por otro lado, a su esposo, nuestro abuelito, le decíamos Puppy. Ni idea, pero así ha sido por toda la historia.
La Kaki nació y vivió en una sociedad netamente machista, lo normal era que la mujer aspire a ser ama de casa, en el mejor de los casos secretarias y mucho mejor, profesora. La Kaki fue secretaria toda su vida.
Si algo debo de reconocer por parte de mis abuelas, es que ambas han sido mucho más inteligentes en el tema de inversión, algo que mis abuelos no puedieron hacerlo sabiamente. Ambas invirtieron en vivienda, algo tan básico que no es tan obvio. La Kaki fue aun más allá y compró un terreno por la recomendación de una de sus hermanas, una que al final se desanimó y no llegó a comprarlo, terreno el cual hoy ha construido tiendas y vive a través del ingreso pasivo de sus rentas.
Este año, la Kaki junto a nuestro tío Javier, han ido a Europa, ella pagando su parte. Quién iba a pensar que a sus casi 84 años iba a ser la primera vez que vaya a Europa, algo que capaz no pensaba alcanzar, es algo que me llena de orgullo. Además, irá al Vaticano (ella es bien católica) y espero que vea a Panchito, si quiera a lo lejos.
Gracias por tanto Kaki :3