La vida es una constante búsqueda por tomar las mejores decisiones, o pensar que lo hacemos.
Muchas de los criterios que usamos se basan en decisiones racionales o emocionales. Acá no invertiré mucho tiempo explicando cada una de ellas, como bien lo dice, las racionales, basan la decisión en un sustento lógico, o por lo menos lógico para las personas que lo hacen, y las emocionales, pues son más cosas guiadas, digamos que un poco más, por el corazón.
Algunos pensarán que las decisiones emocionales están mal, porque te dejas guiar por tu corazón, intución o como quieras decirle, pero creo que este tipo de decisiones son las que más muestran tu interés de poner a las otras personas como prioridad, digamos que son más de “amor”.
En la vida, a mi parecer, hay momentos en que corresponde ser emocional y en otros racionales. No se han puesto a pensar por qué en los aviones dicen que si tienes a un niño al lado y se activan las máscaras de oxígeno, primero te la debes de poner tú? Porque en ese momento si eres emocional, primero le pondrías a tu hijo, pero corres el riesgo de que no se la logres poner a él, ni a ti. Tú debes estar bien para poder ayudar a otros, entonces, primero te pones la máscara tú, te aseguras que respires y luego procedes a ayudar a un niño.
Por otro lado, hay momentos emocionales, como cuando los padres sacrifican parte de su dinero para darle un regalo de navidad a sus hijos, a lo mejor no tienen suficiente, no es razonable que gasten en cosas no necesarias, pero por amor a su hijo hacen ese sacrificio.
Según lo que he vivido, diría que en gran mayoría de la vida hay que ser racionales, porque si te dejas guiar por la emoción después te puedes arrepentir. Recuerdo que un amigo contó que cuando estaba con su enamorada, él la mencionó en su tesis como alguien que la apoyó en ese momento, pero no mencionó nada del amor, del tiempo que estaban ni similar, ella un poco extrañado se preguntaba por qué no la puso. A los meses de la sustentación terminaron, se imaginan esa dedicatoria iba a quedar de por vida, la emoción decía que lo ponga, pero la razón le dijo que no lo haga.
Piensen con el cerebro, el corazón es traicionero, la emoción a veces nos nubla la mente, pero debemos ser fuertes y pensar bien las cosas.