En la vida nos enseñan a ser responsables: tender nuestra cama, no llegar tarde, no tirar basura en la calle, la hora de dormir, la hora del almuerzo, entre muchas otras, pero no se nos habla de la responsabilidad emocional.
Ahora, ¿Qué es ser responsable emocionalmente? Pues es hacerte cargo de las emociones que causas en otras personas, las que puedes controlar. La más común es cuando “ilusionas” a alguien, sobretodo en lo que es el amor. Le dices una cosa pero tus acciones son otras, y las personas ven la realidad como les conviene.
Debemos hacernos responsable de lo que nuestras acciones puedan generar en otra persona. Si a alguien me dice que le gusto y le respondo que lo veo como un amigo y luego lo estoy abrazando, mandando besitos, diciéndole que lo quiero un montón, estoy diciendo una cosa y demostrando otra. A la persona que le decimos “A” pero le hacemos “B” la estamos confundiendo, y ella, esperanzada en que nosotros vamos a cambiar y elegir “B” por todas nuestras acciones, pero esto no pasará y dolerá.
Otro ejemplo es, tomando en cuenta el contexto, hablar sobre el Covid. Una amiga con su mejor intensión me dijo que al décimo día una amiga cercana a ella había empeorado y que la estaban internando en UCI, incluso me mandó screenshots de los posts de su amiga. En ese entonces yo estaba en el 8vo día y me dio ansiedad por las noches, rezando para no morir. Hay que tener cuidado con las emociones que podamos crear. Otro caso es cuando le cuentas a alguien que un familiar tuyo tiene Covid y te contestas “uuuuuuy, encima ahora no hay oxígeno”, ¿en serio creen que eso ayuda?
No hagamos lo que no queramos que nos hagan. Porque alguna vez estuvimos en la otra situación. Seamos responsables y coherentes con nuestras acciones.