Hace poco una persona me comentó que iba a cambiarse de trabajo y había decidido renunciar por una mejora en varios aspectos. Cuando fue a hablar con la jefa de RRHH, por solicitud de RRHH, ella pensaba que le iban a dar una contra oferta como cualquier otra persona asumiría. La propuesta de la jefa de RRHH fue de que la estaban tomando en consideración para nuevos proyectos (ella había compartido de que no sentía que se desarrollaba mucho) y ella, en todo su derecho, pidió algunas pruebas de eso, ya que a veces uno promete cosas que no va a cumplir con la esperanza de retener a alguien. La respuesta fue de “acaso dudas de mi palabra?”, “crees que estoy mintiendo?” y similares, cuando la otra persona solo quería algo más tangible, ver una declaración de proyecto o un papel firmado indicando el inicio de nuevos proyectos y no falsas esperanzas. Recordemos que las oportunidades de cambio no siempre se presentan.
Aparte de lo anterior, la jefa de RRHH no le ofreció ni un aumento de sueldo, ni un porcentaje mínimo, y hasta le dijo “acá nadie es indispensable”. Dando a entender que ahora tendría más trabajo con el mismo sueldo. Le estaban pidiendo a alguien que se quede con el mismo sueldo, haga más trabajo y deje de pasar otra oferta laboral donde iba a aprender más y ganar más… suena bastante lógico.
A lo que quiero llegar con esto es:
- Si quieres retener talento, ofrécele algo que la incentive a quedarse, si bien es cierto existen tres motivaciones (intrínseca, extrínseca y trascendental) no siempre se puede satisfacer solo una y se debe lograr un equilibrio
- Los jefes de RRHH deberían ser las personas más empáticas de toda la empresa, ellos deberían ver a las personas como lo que son, que es gente, no como un activo de la empresa que se encarga de generar ingresos. Además de tener habilidades de comunicación y tratar de velar por el crecimiento de la persona, uno no puede ser celoso y querer que alguien se estanque para tú beneficio, que siendo sinceros, ni si quiera es tuyo, es de la empresa.
A mi me gusta ver a las personas como gente que tiene responsabilidades, que si busca desarrollo, tratar de ayudarlo a crecer, y si ya no le puedo dar más “techo” pues dejarlo que busque nuevos horizontes y desearle toda la suerte del mundo, no retenerlo de manera celosa para mi propio beneficio.