Fue raro debido a que el aislamiento social obligatorio prácticamente había terminado.
El 13 de Julio recibí una llamada a mi celular, era la jefa de RRHH de donde venía trabajando, me dijo con voz tranquila, pero temblorosa, que debido a la situación no iban a poder renovarme. Entendí que no es ella quien toma estas decisiones y le agradecía que me lo haya dicho y que era entendible. Le hice algunas preguntas sobre mi liquidación y me dio bastante información.
Lo tomé normal creo, bajé y le comenté a mis padres. Justo ese día estaba en su casa. Me dijeron que ni modo, que para adelante. Mi contrato vencía el 31 de Julio y pues estuve trabajando hasta el último día.
Me puse pensativo, sabía que no había hecho nada malo y que se limitaba a temas coyunturales la no renovación, pero me preocupaban otros. Tengo una deuda hipotecaria y justo tenía todo mi dinero a plazo fijo, ahí mismo mandé mi solicitud de reprogramación de cuotas a mi banco y hasta la fecha de este post (4-8-2020) no he obtenido respuesta, gracias GNB.
Veo todo esto como una oportunidad en la cual puedo tomar ciertas libertades, en explorar nuevos rumbos, aunque el tema de la pandemia limita bastante las expectativas. Cómo les explico que justo hoy el mismo ministro de trabajo ha perdido su trabajo :v.
En fin, a mirar con optimismo mesurado hacia adelante, tomarlo como una oportunidad de crecimiento y ver qué me depara el futuro. Las cosas pasan por algo 🙂