Confianza, algo tan ‘simple’ pero tan poderoso a la vez.
La confianza es un tesoro íntimo que compartimos con otras personas, por eso es frágil. La otorgamos esperando que la otra persona la trate con mucho cuidado, pero no siempre es así. Puede mover masas, por ejemplo ahora en las elecciones la gente elegía a su candidato porque confiaba que iba a hacer las cosas que decía.
La confianza, por su fragilidad, se rompe fácilmente, esto ocasiona muchas veces que seamos celosos con ella y ya no la quedamos compartir. Formamos una coraza para protegerla y aislarla, la metemos a una caja fuerte.
Si la quiebran, dolerá por haber entregado algo muy valioso a alguien que nos falló, dolerá porque una vez rota quedarán unas enormes cicatrices, dolerá porque somos humanos.
También, una de las propiedades de la confianza es su tasa de crecimiento, la cual es exponencial. Si iniciamos con 20 céntimos de confianza nos parecerá poco, pero es algo y poco a poco, dependiendo de nuestras acciones, esta irá creciendo. Lo digo por experiencia propia.
Las personas que confían en otras tienden a recibir confianza de retorno. Por otro lado, aquellas que desconfían del resto, no recibirán mucha. Digamos que la confianza genera confianza y la desconfianza genera desconfianza. Si estás con una persona celosa, y tú no la eres, préstate atención bien, es posible que poco a poco te vuelvas algo celosa.
Es cierto que es complicado confiar de nuevo luego de que hubo dolor, pero es que acaso las nuevas personas deben pagar los platos rotos de las anteriores? La confianza es una apuesta, un riesgo, y depende de cómo lo veas… pero a mayor riesgo hay mayor ganancia.
Una vez mi padre me contó que estaba hablando con su hermano sobre pedirle la mano a mi ma, a lo que mi tío le comentó “a veces solo queda cerrar los ojos y confiar”, y pues, ya van casi 35 años juntos.
Confía, es bonito, cierra los ojos y lánzate a la piscina. Total, si la cagamos nos sacamos el clavo y sino, nos llevamos un gran premio, pero esto hará que no pienses el “qué hubiera pasado si…”, porque eso hará que imagines mil pasados, pero ninguno será real.
Tan solo ponle 20 céntimos de confianza y luego me cuentas cómo te va :).