En nuestra existencia, cabe la posibilidad que encontremos a una persona especial con la cual podamos compartir un amor de una vida. Un amor que trasciende y va más allá de nuestra presencia terrenal, a la cual no aplica el “hasta que la muerte los separe“.
Y es que hay amores de una vida, no son muy comunes, ojo, pero se pueden encontrar/formar. Amores que hacen que se superen obstáculos, porque estimadxs, el querer pasa, pero el amor es una elección. Amar es quedarse ahí, en los peores momentos, discutir para buscar la paz, pasar del caos al orden, cuidarse por las noches, tapar a la otra persona cuando hace frío, darle tu abrigo, apoyar sin condiciones, tener detalles, porque ahí es donde está la magia, y un largo etc. Por todo esto, amar es pérdida y sacrificio; aquél que piensa que al amar va a ganar algo, lamento informarle que está equivocado, amar es dar todo de ti sin esperar nada a cambio.
Nadie nos asegura que encontremos ese amor, ni que tampoco el que pensamos que es, lo sea. Pero, y si no intentamos? Por qué no ir all-in, por miedo a perder? Solo nos queda cerrar los ojos y confiar.
Y quien sabe si mientras lees esto estás con esa persona para compartir ese amor de una vida, o si la conoces pero aún no se animan, si vendrá pronto, si será la siguiente persona…
Pero saben quién siempre debe ser nuestro amor de una vida? Pues nosotros mismos. Ámate, porque si te amas, podrás amar al resto. Ama a alguien como te amas a ti mismo.